La destilación es el método utilizado en los laboratorios para separar los componentes líquidos de una mezcla sea esta homogénea o heterogénea. Consiste en separar por medio del calentamiento dos o más líquidos mezclados, tomando como base la diferencia que existe entre sus respectivos puntos (temperaturas) de ebullición. El proceso de destilación consta de dos fases o etapas: en la primera cada líquido se vaporiza y en la segunda el respectivo vapor se enfría y se condensa por medio de un refrigerante, recuperándose de nuevo el líquido purificado.
La destilación puede ser:
• simple, si la mezcla contiene un único componente volátil que se desea separar.
• fraccionada, si la mezcla contiene dos o más componentes volátiles que se separan mediante una serie de vaporizaciones-condensaciones en una misma operación.
Destilación simple
Para efectuar la destilación se coloca la muestra en un matraz de destilación. Por calentamiento, el líquido se evapora (se debe conocer la temperatura de ebullición del líquido que se desea separar) y posteriormente, luego de pasar los vapores por el refrigerante y condensarse, se recoge en otro recipiente. El líquido destilado posee un alto grado de pureza.
Este método de separación no se puede utilizar para separar cualquier sustancia. Sólo es útil si las sustancias no se descomponen químicamente con el calentamiento.
En las llamadas grandes destilerías este método se ha utilizado durante años para obtener alcohol a partir de mezclas fermentadas. La destilación se emplea en los laboratorios e industrias para purificar disolventes como el agua o el éter y en la refinación del petróleo, para separar sus diferentes componentes, como la gasolina, aceite, diesel o las parafinas.
La mezcla a separar es agua-alcohol etílico, (el punto de ebullición normal del agua es de 100°C y el del alcohol es 78 °C).
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